El acto de apretar y exprimir los puntos negros y las espinillas dejan marcas en la cara convirtiéndose automáticamente en cicatrices del acné. A menudo esto afecta tanto a la confianza de quien las sufre como los granos que las provocaron, la mayoría de nosotros tendremos cicatrices de uno o dos granos en algún lugar aleatorio de nuestra cara, mientras otros llevarán para siempre las secuelas del acné, a pesar de que ya lo hayan controlado. Estas pueden ser pequeños orificios esparcidos en la frente, mejillas, lateral de la cara y en la barbilla, que no salen solas, si no que necesitan tratamiento específico.
Si tienes cicatrices provocadas por el acné, todavía hay razones para ser optimista: no todas las cicatrices son permanentes. El primer paso es diferenciar entre una cicatriz y una descoloración temporal, que es lo que puede suceder después de que una espinilla particularmente profunda se reviente.
El tipo de cicatriz es el que determina la elección del tratamiento y los posibles resultados. Algunas cicatrices de acné pueden ser:
- Muy superficiales (planas) y limitarse a marcas rojas o marrones que son bastante fáciles de mejorar.
- Más profundas y ondulantes que marcan valles poco profundos en la piel de unos de 2 a 5 mm de ancho y estas suelen mejorar del 30 al 70%.
- Las cicatrices picahielo, que son mucho más profundas y de solo 1 o 2 mm de ancho, son las más difíciles de mejorar
Sabías que las cicatrices de acné pueden eliminarse o disimularse con técnicas láser?
En este tratamiento el Dermatólogo colocará el láser en el área a ser tratada e irá a emitir algunos disparos que provocan un pequeño dolor o malestar. Con el láser hay una alteración de las fibras de colágeno que dejan la piel más lisa al final de la 3ª sesión y cuyo resultado se mantiene por más de 1 año.
Las sesiones son mensuales, ya que debemos esperar desde el primer día de la sesión hasta los 28 días posteriores la formación del nuevo colágeno. Se requieren de 2 a 4 sesiones dependiendo el grado de complejidad de las cicatrices de acné.
Cada persona es única, por eso cada tratamiento puede presentar resultados diferentes. Siempre es necesaria una valoración previa con el médico especialista para orientarle y explicarle los resultados que puede esperar.